Suponemos que pensarás que estamos locos si te decimos que los campos andaluces, de norte a sur y de este a oeste, están regados de oro. Pero es que no encontramos una mejor forma de llamar al que es uno de los productos bandera de Andalucía y que se encuentra en esa selecta lista gastronómica de bocados top mundial.
Oro líquido que, desde tiempos inmemoriales, se extrae de las aceitunas de olivos, centenarios y jóvenes, que dan vida a paisajes únicos en el mundo y del que los olivareros y su excepcional sabiduría en torno al cultivo son protagonistas.
Aceites que envuelven merecidas y prestigiosas denominaciones de origen y que son el santo grial de una de las dietas más prestigiosas y sanas del mundo, la Mediterránea, y de esos platos que conforman el recetario más auténtico de la afamada gastronomía andaluza.
Lechín, picual y hojiblanca son algunas de las muchas variedades de aceitunas que se cultivan en los olivares andaluces, haciendo posible una amplia y sabrosa variedad de aceites de oliva virgen extra que son puro zumo de oliva y referentes de las mejores cocinas.
Territorio olivarero, marcado por las huellas de una y mil almazaras, del que Jaén es su gran templo.