¿Eres un fanático del buceo, de esos fondos marinos que te quitan el hipo y descubren que ahí, bajo las aguas, el paraíso también existe? Si es así, estás de enhorabuena, porque aquí, en el litoral andaluz, contamos con uno de esos mundos subacuáticos de tesoros y emociones sin igual.
Habitada por corvinas, meros, cangrejos…, la bella, sorprendente y no muy conocida Isla de San Andrés hace gala de unos ricos y transparentes fondos marinos. Aguas oxigenadas y cristalinas bajo las que se extienden espectaculares praderas de posidonias oceánicas que nos advierten que sí, que estamos ante una de las joyas del Mediterráneo.
Joya que guarda en sus entrañas una necrópolis hispano-musulmana y que, temporada tras temporada, es residencia privilegiada de aves tan costeras como el cormorán, la gaviota patiamarilla o los paíños, que acuden a la geografía volcánica de la Isla de San Andrés a anidar.
A escasos metros de tierra firme, San Andrés, cuyas dos islotes (Isla Grande e Isla Chica) dibujan en perfil de una ballena, se antoja uno de los grandes balcones de la costa almeriense, ya que desde ella se dominan algunos de los paisajes más emblemáticos de un territorio localizado al noreste del Parque Natural Cabo de Gata-Nijar.
Miradas adornadas por castillos como el de San Andrés, las torres del Rayo o de la Mesa de Roldán y playas como la emblemática de Los Muertos y Puntica.