Que miles, millones de aves, fijen de forma temporal o continua su mirada en Andalucía no es un simple capricho de la naturaleza. A su cercanía al Estrecho de Gibraltar (principal pasillo migratorio) se une la amplitud y riqueza de sus humedales, algo de lo que es claro referente la Reserva Natural Laguna de Fuente de Piedra.

Cobijo de la  mayor colonia de flamencos de España, segunda de Europa, en sus aguas conviven  garzas reales, gaviotas picofinas, pagazas piconegras, cigueñuelas, ánsares comunes,  malvasías cabeciblancas y, entre otras, patos cucharas. Aves que hacen de ella un auténtico santuario, dominado por miles de colores y sonidos.

Mil cuatrocientas hectáreas en las que ya fijaron su mirada los romanos, ya que, llegada la primavera, la evaporación de sus aguas salinas les proveía de uno de los elementos claves para la conservación de alimentos, la sal.

Ya sea gracias a los arroyos de Santillán y El Humilladero,  al agua procedente de los acuíferos o a la propia lluvia, este espectacular enclave, lugar de referencia para los amantes de la ornitología, se antoja único en el Mediterráneo Occidental.