Extremadamente bella y poderosamente rica, así es Doñana, uno de los mayores oasis naturales andaluces y europeos.
Santuario de miles, millones de aves, este Parque Nacional y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO se proyecta sobre las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla, siendo el resultado de la mágica confluencia de playas, dunas, marismas, cotos, pinares…
Lugar de tránsito entre dos continentes (África y Europa) y dos regiones (atlántica y mediterránea), a lo largo del año se convierte en refugio, permanente o estacional, de un sinfín de aves (ánsares, anátidas, flamencos, cigüeñas, garzas, golondrinas, águila imperial…), antojándose uno de los mayores sueños para los grandes amantes de la ornitología.
A su extraordinario crisol de aves, Doñana suma la riqueza y singularidad de sus marismas, pinares costeros y matorral mediterráneo, en los que encuentra cobijo una emblemática especie en extinción, el lince ibérico.
Pasear por las marismas, playas y pinares de Doñana, en especial al amanecer y al atardecer, es sumergirse en un apasionante territorio costero que, afortunadamente, aquí, en este luminoso rincón del sur, mantiene viva toda su esencia.