Pocas cosas resultan tan atrayentes y, a su vez, inquietantes como adentrarnos en la tierra, en sus entrañas, en busca de esos paisajes casi lunares que ejercen un gran poder hipnótico sobre nosotros y que, en no pocos casos, duermen los orígenes del hombre.

Si eres de esos apasionados, Baena tiene guardada una sorpresa para ti, su Cueva del Yeso, una de las cuatros más grandes de España y la única existente en el Valle del Guadalquivir.

Espectaculares formas de cristales de yeso y lagos componen sus galerías, en las que, en un ambiente de humedad que llega a superar el 90 por ciento, tienen su refugio una especie de murciélagos que, según algunos investigadores, son únicos en el mundo.

Lo cierto es que recorrer sus más de 200 metros de galerías (es el recorrido que se puede visitar), resulta una experiencia única que se agradece sobre todo en verano, ya que la cueva mantiene una temperatura constante de unos 21 grados.