En Andalucía contamos con una gran cantidad de productos con raíces muy profundas. Productos como los alfajores de Medina Sidonia, bocado que se remonta a la época árabe, cuando esta bella localidad de la provincia de Cádiz se convirtió y fue reconocida como la gran capital de la rica repostería árabe.
Pese a los siglos transcurridos, obradores locales como Sobrina de las Trejas, de la mano de maestros reposteros como Fermín Sala, siguen elaborándolos de la misma manera y con los mismos ingredientes naturales que los hacían los sabios reposteros árabes.
Elaboración que, ya en 1881, relataba el gastrónomo asidonense Mariano Pardo de Figueroa, conocido con el pseudónimo de Doctor Thebussem: “Para elaborar el alfajor prepararás lo que voy a decir: Una azumbre de miel blanca. Tres medios de avellanas y una libra de almendras, todo tostado y tronzado. Onza y media de canela en polvo. Dos onzas de matalahuva, cuatroadarmes de clavo y cuatro de cilantro, todo tostado y molido. Una libra de ajonjolí tostado. Ocho libras de polvo de moler, sacado de rosquillos de pan sin sal ni levaduras, muy cocidos en el horno. Con media libra de azúcar harás almíbar, luego agregarás la miel, y cuando esté subida de punto, le echas los mavíos, tres puñados de harina cernida y polvo de moler. Muélelo para que quede bien mezclado. Háganse los bollos en caliente, báñense en almíbar, cúbranse de azúcar fina con alguna canela y empapélense. En cada libra de bollos deben entrar de ocho a doce, para que sean lúcidos. La dificultad y el secreto del alfajor está en el punto de miel: para cocerlo dan las recetas muchas reglas, pero como ninguna es cierta, no las apunto… la práctica es aquí la maestra, como en todo”.
Los alfajores, junto a amarguillos, tortas pardas, mantecados…, son los exquisitos dulces que nos ofrece la rica repostería asidonense.