Si los faros tienen la enorme suerte de ser testigos privilegiados de los rincones más bellos de nuestro litoral, el del Cabo de Gata, sin lugar a dudas, es uno de ellos.
Solo llegar a él es un auténtico lujo para los sentidos, ya que la carretera que nos conduce a sus pies bordea ese otro paraíso del que os hemos hablado, las Salinas del Cabo de Gata, dotando a este oasis de una extraordinaria riqueza de aves.
Ubicado en el morrón del cabo, punto geográfico de referencia para los navegantes de todas y cada una de las civilizaciones, se localiza a 50 metros de las aguas del Mediterráneo, elevándose a 18 metros para llevar su luz a 30 millas de distancia.
Cercano a la playa de las Salinas, su espectacular entorno natural se antoja único, con calas que nos invitan a un baño.
Si eres amantes de esos atardeceres que dejan huella, el Faro del Cabo de Gata te regala uno de los más espectaculares de Andalucía y España. Asomarse desde el mirador de la Sirenas al arrecife del mismo nombre, conocido así por las focas monje que lo visitaban hasta mediados del siglo pasado, es una experiencia inolvidable.