Es un día cualquiera, luce el sol y Tarifa, esa a la que los musulmanes llamaron Isla de Tarif, nos regala una de las vistas más relajantes y espectaculares de la costa de Cádiz. La mirada más meridional de Europa, esa que desde el emblemático Castillo de Guzmán El Bueno nos muestra África y el imponente Atlas tras una estrecha y transitada lámina de agua de azules intensos.

Salpicada de restos arqueológicos tan sublimes como Baelo Claudia o la necrópolis de los Algarabes y de playas de azules turquesa y láminas dunares paradisiacas como las de Los Lances y Valdevaqueros; hoy os proponemos recorrer/descubrir su casco histórico y disfrutar de una experiencia escrita por fenicios, romanos, musulmanes y cristianos.

Casco histórico que, desde la histórica Puerta de Jerez, serpentea entre calles estrechas y encaladas, buscando el abrigo de los vientos y de aquellos que quisieron conquistarla. Calles llenas de encanto, empedradas, con floreados patios de vecinos y que, muy de vez en cuando, nos sorprenden con la belleza de monumentos como la iglesia Mayor de San Mateo, San Francisco y la de Santa María o el Mercado de Abastos, antiguo convento.

Recorrido que se produce entre confluencias de plazas (San Martín, Santa María, De la Fuente, San Hicio…) llenas de vida, alimentadas por una sugerente propuesta gastronómica y al abrigo de dos ‘hileras’ de murallas: la mayor, medieval, que rodea todo el casco histórico, y la más pequeña de origen musulmán.

Decorado de ensueño para quienes buscan lugares con encanto, ideales para disfrutar de una jornada tranquila y dejarse llevar por las emociones, esas que cobran toda su magnitud en el Castillo de Guzmán El Bueno, mandado a construir por Abderramán III.